Esta iglesia, una de las tres de los barrios altos que van a ser restauradas, comenzó a ser construida en el siglo XV y fue terminada en el XVIII con la incorporación de la portada de estilo rococó.
Con planta de cruz latina y dotada de pilares con collarines renacentistas está vinculada al estilo gótico catalán y de la misma todavía se conserva los pilares de la bóveda de crucería del altar mayor y algunos arcos apuntados.
Una vez restaurada la iglesia, desacralizada por su estado ruinoso será reconvertida en espacio cultural.
Los trabajos que se abordaron en esta actuación se centraron en el desescombro y consolidación de las ruinas afectando a una superficie de 815 metros cuadrados incluyendo catas arqueológicas, que han permitido sacar a la luz varios enterramientos.
Así mismo se abordó la limpieza de la vegetación que ha crecido en el interior, la consolidación de los muros, el encadenado de las cabezas de los muros con ladrillo
tejar, y el relleno de grietas y fisuras.
La última intervención que se realizó en la iglesia se produjo en los años 70 y desde entonces ha permanecido cerrada al público por su estado ruinoso, aunque ahora, tres décadas después, será abierta de nuevo.