La iglesia de Santiago, que tiene su origen en el siglo XV pero fue profundamente transformada en el siglo XVIII, presenta un estilo barroco en decoraciones, estructura y traza.
Con una historia plagada de incendios, terremotos y catástrofes desde su origen, no tuvo mejor suerte en los seísmos del 11 de mayo de 2011: sufrió un derrumbe parcial en todo el testero, lo que incluye la cúpula del presbiterio, la de la capilla del Sacramento y de la entrada a la sacristía, abundantes grietas murarias y desprendimientos y pérdidas generalizados, además de graves daños en diversos bienes muebles.
La intervención en esta iglesia fue de gran envergadura, siendo las acciones más particulares la creación de una nueva cúpula central y la recuperación de las pinturas murales, en muchos casos ocultas bajo encalados de color blanco. Especialmente interesante es la original capilla que contiene las letanías de la Virgen María y los restos de antiguas pinturas encontrados en la capilla del Sacramento.
Otras intervenciones realizadas en el edificio fueron el refuerzo de toda su estructura, la reposición de las tejas esmaltadas en verde de la cubierta de la torre-campanario (donde el color estaba muy perdido), la investigación de la cripta y la sustitución del suelo por uno de mármol.
Respecto a las obras de arte mueble, se ha restaurado la escultura de Santiago, los óleos sobre lienzo de las pechinas de la Capilla del Sacramento y los de las pechinas del Crucero. En proceso se encuentra la restauración de la Virgen Inmaculada.

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